Las
campañas contra el tabaquismo encontraron una nueva arma
de disuasión para los fumadores: la belleza. El doctor Liam
Donaldson, principal asesor del Ministerio de Salud británico,
acusó a la industria de la moda de promover el cigarrillo.
Según Donaldson, los jóvenes "son instigados a fumar por
(...) modelos que fuman en público, un fenómeno que va en
plena contra con el objetivo de mejorar la apariencia".
El médico afirma que las mujeres que fuman son más proclives
desarrollar vejez prematura y las temidas "patas de gallo".
Donaldson resaltó que la belleza puede ser una buena razón
para que los más jóvenes dejen de fumar. "Los adolescentes
y veinteañeros tienden a estar preocupados por la imagen,
y si resaltamos los efectos dañinos en la piel, podrían
dejar de fumar", dijo.
El informe también hace un llamado para que se imponga la
prohibición de fumar en los lugares públicos. El asesor
médico insistió en que medidas similares tomadas en Irlanda,
California y Nueva York no han afectado las finanzas de
bares y restaurantes.
Deborah Arnott, de la Acción por el Tabaco y la Salud, dijo
que "toda la propaganda difundida por la industria del tabaco
y sus aliados no puede esconder el hecho de que ya llegó
el momento de una ley para lograr lugares de trabajo libres
de fumadores".
Sin embargo, Simon Clark, director de la plataforma de fumadores
Forest, dijo que "Donaldson está metiendo la cabeza en un
hoyo al creer que no hay consecuencias económicas cuando
se prohíbe fumar en bares y discotecas".