NORMATIVA
DEL DEPARTAMENTO DE SALUD
La
industria farmacéutica no podrá hacer regalos a los médicos
en EEUU
Se
acabaron los regalos. La industria farmacéutica de EEUU no podrá
ofrecer ningún incentivo a los médicos u otros profesionales
sanitarios a cambio de que receten o recomienden determinados
medicamentos, según nuevas medidas adoptadas por el gobierno
de ese país.
Durante años, la industria
ha invitado a los especialistas a viajes de fin de semana, comidas
caras o lujosos extras. De acuerdo con el Departamento de Salud
y Servicios Sociales (HHS) , muchas de esas prácticas habituales
en la promoción y venta de medicamentos con receta podrían
violar las leyes de fraude y corrupción estadounidenses.
Por ejemplo, pagar a farmacias o agentes de seguros farmacéuticos
para que pacientes y médicos cambien de medicamento sería ilegal.
Asimismo, las autoridades sanitarias advierten de que los pagos
a especialistas o investigadores «suponen un riesgo sustancial
de fraude y abuso» si los pagos exceden «el valor en el mercado
de los servicios prestados».
Ni viajes ni comidas
Las compañías también violarán la ley de corrupción cuando ofrezcan
entretenimientos, viajes, comidas o prestaciones similares;
cuando patrocinen «conferencias educativas»; y cuando ofrezcan
becas de investigación u otros regalos a médicos, hospitales
u otros profesionales sanitarios con el fin de influir en la
prescripción de medicamentos.
Aunque estos estándars gubernamentales los primeros de esta
clase no tienen fuerza de ley, las compañías farmacéuticas
que vayan en contra de los mismos tendrán más posibilidades
de ser investigadas y procesadas por violaciones de los estatutos
de fraude y corrupción. También podrán ser objeto de penas civiles
o criminales si aportan datos incorrectos de los precios y ventas
de sus productos.
En definitiva, la industria no podrá ofrecer incentivos pagados
y otros «beneficios tangibles» para animar a que se receten
o adquieran determinados fármacos por parte de médicos, planes
sanitarios o aseguradoras de medicamentos.
Fuente:
The New York Times
Octubre de
2002
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