Los
Martin-Guérin: del matrimonio a la gloria
Me basta ver rezar a mi padre para comprender como oran los santos,
Santa Teresita de Lisieux
Jorge
De Las Casas
jdelascasas@prensa.com
Luis Estanislao Martín y Zélie Marie Guérin fueron un matrimonio famoso en la historia de la Iglesia, y sobre todo de la Iglesia reciente. Tan famosos que hoy aspiran al honor de los altares y parece que sólo las formalidades del proceso en el tiempo los separan de la ceremonia de canonización.
En verdad hubo en su vida varios hechos notables: uno, que todas sus hijas (cinco) fueron religiosas. Pero esto no sería suficiente, pues ha habido muchos matrimonios que han entregado toda su prole al servicio del Señor.
Además, se destacan por ser los padres de Santa Teresa de Lisieux (SantaTeresita del Niño Jesús), la denominada santa más grande de los tiempos modernos y esto ya es más notorio, porque se supone que algo deben influir los padres en el alma santa de una hija, en el cultivo de su piedad y su gracia. Pero tampoco es suficiente, porque se trata en fin, de la santidad de la hija, no la de los padres.
Sencillamente, los esposos Martin-Guérin destacaron por su propia piedad, su ejemplaridad de vida y la heroicidad de sus virtudes, proclamadas ya por el papa Juan Pablo II. La Iglesia los llama ya venerables.
Santa
Teresita de Lisieux escribía que su madre era más digna
del cielo que de la tierra (carta 261, a Belliére, 26-VII-1897).
También pudo decir esta frase feliz sobre su progenitor: me basta
ver rezar a mi padre para comprender como oran los santos.
Se ha puesto de relieve como enaltecen los hijos a los padres, especialmente si los hijos son santos (Bengoechea) y no es de extrañar por aquello del cuarto mandamiento, y la agradecida piedad de sus corazones filiales. Pero en el caso de Luis y Zélie escribe Bengoechea no han sido solo sus hijas, sino mucha gente y la misma Iglesia quienes los tienen por muy buenos cristianos y hasta dignos de ser elevados a los altares. Allí estarán sin duda, pues la Iglesia busca ejemplos de vida laica cristiana para ofrecer a sus fieles.
Zélie Marie Guérin (pr. Guerán) (1831-1877) era hija de un hogar religioso. Su deseo personal era ser religiosa entre las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Pero su vocación en el sentido etimológico del término (vocari, ser llamado) fue verdaderamente cumplir otro destino como mujer laica. Es curioso, porque generalmente los jóvenes piensan que tienen una inclinación muy suya por la vida de este mundo y sus cosas. Y que Dios los llama a la vida religiosa. Pero a veces es al revés. Porque servir a Dios en este mundo, como casarse o tener hijos, también es una vocación (un auténtico llamado): no todos deben o pueden ser religiosos.
Zélie Marie Guérin acaso hubiera sido una buena religiosa también, pero su vocación verdadera o más honda, el llamado del Señor, estaba en el matrimonio.
Louis Martin (pr. Martán) también quería ser religioso. Luis y Zélie nos cuenta J. Beltrán se encontraron por primera vez el 3 de abril de 1858 en el puente San Leonardo de Alençon. Y fue amor a primera vista. A los tres meses, el 13 de julio de 1858, se casaron en la Iglesia de Nuestra Señora de Alençon. Tuvieron cinco hijas y cuatro hijos, pero los varones murieron pequeños.
Luis Estanislao trabajaba en una relojería y joyería. Alençon es una ciudad famosa por sus bordados y tejidos, y Zélie se dedicaba a ello en esa ciudad.
Zélie muere a los 46 años. Su hija Teresita tenía para entonces tan solo cuatro años y siete meses. Entonces el padre se consagra a la educación de sus hijas. Todas ellas optan por la vida religiosa. Luis no se opone, sino que acepta la elección de sus muchachas y considera un alto honor que Dios haya escogido para sí a sus hijas. Parece que esta entrega no es suficiente para el señor Martín. El 29 de julio de 1894 muere Luis Martín, después de una triste enfermedad.
Los restos del matrimonio Martín-Guérin reposan en la Colina de Lisieux, detrás de la basílica levantada allí en honor de su hija menor santa Teresita, Doctora de la Iglesia, Patrona de las Misiones y de Francia.
* Fuente: La Prensa web- Panamá-01/06/2002