SECRETARÍA DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA - UNSL - 2005

 

Taller Literario de escritura y búsqueda

"Fuego Libre"

Tania Páez

 

Desde millones de horas hasta rozar tus ociosos círculos de cabello. Desde la Tierra que resguardará una gota de miedo.

Y el aura que ahorca mis dedos, que retuerce mi mente de limón. Cinco anillos se desvanecen cada noche de letras que mi corazón come... y si lo tocás te convertís en estatua; y si lo besás, una mariposa transparente se posara en tu mágico sueño de cemento marchito.

Y si mientras duermo al lado de una guillotina, escribís todas las tajaduras del sol, yo penetraré en mi delirio perfecto y mi otra vida olvidada quedará.

Y si mientras lloro al lado de una guillotina rompés esa telaraña de voces agudas, de voces de agujas, yo me envolveré en tu sonrisa de oro que muerde mi alma.

Y si mientras derramo el tintero al lado de una guillotina, nadás como aquel ángel que algún día pisará una gota de agua de saturno, yo seré tu sirena tóxica de largos tallos que tu mirada resguardará.

Y si mientras calco muecas al lado de una guillotina; y si fueses el guardián de ese fuego que vive entre la guillotina y yo, retomaré el camino hasta las millones de horas que tus ociosos círculos de cabellos rozaron.

Y si mientras de lejos la contemplas al lado de una guillotina, yo desataré mi pelo de espejo que reflejará quién te quiere en verdad. Porque yo soy tu suciedad.

Y si mientras canto al vacío al lado de una guillotina te presentás como espectro de la hora en que mi beso se ahogó, y vos lo salvaste como cuando la oscuridad aplasta a la luz, yo dejaré que leas de mi cuello los temores que me asecharon cuanco diez libros de elogios dulcemente se cerraban.

Y mientras asesinás mis piernas al lado de una guillotina, un cuchillo tomaré y filoso y suave será el turista del momento en que llenamos un estanque de calor sobre crímenes perfectos.

Y mientras vivo cuando escribo, al lado de una guillotina, sonreiré en la nada, entre cinturones de cometas; sonreiré sobre tus ociosos círculos de cabellos que suaves acariciaron los ríos secos de mis tímidos labios.

Y si mientras lees estas palabras, al lado de una guillotina, pensás en no olvidarme, pensás en quebrarme (dulce sentimiento podrido), no te olvides que gracias a esta guillotina vos cortaste las leñas para nuestro fuego.