UNA HISTORIA DE MISTERIO

Capítulo I

   Todo comenzó esa fría noche. Yo estaba sola en casa, pues mis padres habían salido; una reunión de trabajo fué el motivo por el cuál mis padres no se encontraban en nuestro hogar.

    Yo no encontraba con que entretenerme; pasó un tiempo hasta que se me ocurrió mirar televisión, busqué y busqué el control remoto pero no lo encontré. Un rato más tarde recordé que mi padre lo había dejado en el galpón, que estaba al fondo de la casa, al tratar de arreglar la cortadora de césped. Me dirigí a buscarlo.

   Afuera sentí una leve brisa. Una siniestra figura se presentó ante mis ojos. Tenía aspecto de gnomo, sí, un viejo y pequeño gnomo. Su cara era muy grande, tenía una gran boca con afilados dientes y un grano en medio de su frente. Llevaba amplias túnicas con puntos negros y un gran amuleto en la mano. Era algo mágico, siniestro, sombrío y misterioso.

   Vi esto muy lejos, y cada vez se acercaba más a mí. Cerré los ojos un instante y, cuando los abrí este misterioso personaje se encontraba ante mí.

   Me llamó por mi nombre (que ¿cómo lo supo? Ni idea).  Luego me dijo algo tan extraño como él, esto fue lo que me dijo (o algo parecido):

   - En unos días algo fatal sucederá

        tu vida estará en peligro

        pero mi marca te ayudará.

   Puso su dedo sobre mi hombro y algo extraño ocurrió: su dedo quemó mi piel y dejó una marca. Observé el símbolo y luego mire nuevamente hacia donde estaba el gnomo, pero había desaparecido.

   Pasaron dos semanas y nada ocurría. Ya empezaba a creer que mis amigas me habían jugado una broma pesada.

   Estabamos empezando julio y se aproximaban las vacaciones.

   Mis padres y yo organizábamos un viaje a las Leñas para la próxima semana.

   Todo era una farsa, hasta que ¡aquel día! ¡aquel maldito día! en que ocurrió ese horrible accidente: el ómnibus se desbarrancó, cayendo al profundo vacío que el puente tenía.

   Y aquí estoy, contándoles mi historia, pero...¿quien era ese sujeto?, ¿de dónde vino?, ¿cómo supo mi nombre?...

FLORENCIA BECERRA

6º AÑO "D"

ESCUELA NORMAL MIXTA JUAN PASCUAL PRINGLES.

 

 

Capítulo II

    Esas eran incógnitas que no sabía descifrarlas.

    Todas las personas del bus habían muerto en ese maldito accidente del quince de julio. Mi padre me había dejado una herencia. Mis padrinos me acogieron en su casa; yo estaba muy triste por aquel trágico accidente.

    Después de un año ya iba olvidando el pasado. Pero el treinta de Julio estaba regando el pasto de mi padrino, cuando en eso se apareció el gnomo... me asusté, porque salió por debajo del suelo, yo empecé a llorar porque me acordé del trágico día que murieron mis padres. Pero antes de que yo dijera algo, el gnomo me advirtió que debía evitar otra tragedia. Antes que diga algo más yo le agradecí pero le dije que prefería haberme muerto para no sufrir tanto. Le dejé que el continuara y aunque se apenó de mi, me dijo que de nuevo iba a ocurrir otro suceso así como el que me ocurrió a mi y que debía prevenirlo. En el momento que yo le iba a hablar desapareció en la penumbra.

    Yo pensaba que el accidente iba a pasar dentro de varios meses, pero al siguiente mes nos íbamos a ir de viaje a Orlando-Florida ... yo tenia la impresión de que algún accidente iba a pasar, yo le dije a mi padrino que no vaya que podía ser muy peligroso y el dijo, que yo estaba nervioso por su decisión, y que no iríamos.

    Al siguiente día nos enteramos que el avión que íbamos a abordar había caído en medio del mar y todos murieron.

    Mi padrino cuando lo vió me sonrió y me dijo que nos habíamos salvado de una gran tragedia; me abrazó con toda su alma... fué un momento muy tierno; sentí todo su cariño, el cariño de mi padre que me hacía tanta falta...

Grupo 2 - Miss Elsa Cortijo

Lima, Perú

 

Capítulo III

 

    Al terminar de abrazarme mi padrino dijo:

    - La próxima vez que tengas un mal presentimiento no viajaremos.

    Al día siguiente esta persona tan apreciada para mí me dijo que quería festejar que nos habíamos salvado con un delicioso almuerzo. Yo le contesté:

    - Me encanta tu idea, dame plata que voy a comprar algunos manjares.

    Salí y cuando estaba cruzando la calle, se me apareció el gnomo por debajo de la alcantarilla y me dijo:

    - Hacé como puedas para que ningún familiar tuyo salga esta noche, tené cuidado con la comida que haga el cocinero.

    - Está bien gnomo - le dije - te agradezco nuevamente todo lo que estas haciendo por mi, pero tengo que pedirte un favor, necesito recargar mi energía.

    El gnomo puso otra vez el dedo sobre mi hombro y rápidamente recobré a full mis fuerzas de la suerte. Yo cumplí con lo que el gnomo me había dicho, y espié al cocinero mientras hacía la comida. Vi que le ponía el contenido de un frasquito verde que decía "veneno para ratas" y cuando lo estaba poniendo, entré y le pregunté:

    - ¿Qué estás haciendo maldito cocinero?

    Y él contestó:

    - Si dices algo seré capaz de matarte.

    Yo, muy asustada, no me atreví a decírcelo a mí padrino, pero si volvía a aparecer el gnomo se lo diría. Entonces aterrorizada salí a buscarlo y lo encontré , le conté todo y me dijo:

    - Ten cuidado, no le digas a nadie o te matará y esta vez la suerte no podrá ayudarte. Cuídate y ahora ve rápido a tu casa y está atenta de que nadie coma la comida ni salga esta noche...

 

AUTORES:

Sebastián Ricardo Furnari

Santiago Cerviño Riccardi

Juan Cruz Quintela

Colegio de la Reconquista

Tigre - Pcia. de Buenos Aires

Argentina

 

 

 

Capítulo IV

    Al llegar a casa me ofrecí a presentar la comida. Al llevar la fuente pisé intencionalmente algún objeto. En un instante ya no teníamos nada para comer y me veía ante la furía del cocinero.

    No se cómo ni por que, mi padrino advirtió de lo ocurrido y mirando fijamente al envenenador se dió cuenta de que aquella persona era un estafador que él había metido en la cárcel (mi padrino era abogado) por eso buscaba la venganza.

    Nadie murió y gracias a Dios nos quedamos en casa comiendo hamburguesas frente al televisor.

    La hora de dormir había llegado. Yo, metida en mi cama pensaba en lo acelerado que había sido mi día. Estaba a punto de dormir cuando una voz potente me comenzó a hablar. No era el gnomo, esta vez era un llamado femenino que me decía que la siguiera a su reino, donde nada podía pasar.

    Enseguida traté de llamar al gnomo mientras ella seguía hablando. Después de 15 minutos apareció. Enseguida corrí hacia él y le comenté lo ocurrido. Me dijo que eso era todo mentira, ya que esa mujer representaba a la "muerte". También me dijo que al día siguiente podíamos seguir con nuestra vida normal y me advirtió que en un momento del día podría salir. A continuación desapareció .

    Al día siguiente recordé que podía pasear por la ciudad pero... ¿en qué momento del día?...

INTEGRANTES: Sofia Garrido Ayzaguer Leonela Caceres

Celeste Ortellado Sabrina Esquivel

Gimena Avila

6to B. – Instituto Sagrado Corazón de Jesús - Merlo

 

 

Capítulo V

    Me quede toda la tarde esperando gnomo, a las 7 en punto cuando ya estaba por entrar a mi casa, apareció justo antes de que entrara. Yo le pregunte ¿Si podría salir? Él me contestó que sí, porque por una temporada estaría más tranquila.

    Pasaron los meses y no pasó nada, me divertí yendo al parque, al cine, hice un viaje a Europa. Visité Paris (Capital de Europa) vi La Torre Eiffel, La Catedral de Notre Dame y el Arco del Triunfo.

    Navegando por el Sena pase por debajo del Pont des Arts.

    Llegué llena de recuerdos y contenta porque se cumplió lo que había dicho el gnomo.

    Después de unos días de descanso y tranquilidad apareció el gnomo y me dijo...

 

 

Hecho en la Escuela Taller Nº65

Autores: Estefania Duarte y Nicolás Basualdo.

Referencia: Enciclopedia Microsoft Encarta 98

                                               

                                                CAPITULO VI

   Después de unos días de descanso y tranquilidad apareció el gnomo y me dijo:

                - Si superas tres accidentes más de todo tú te salvarás.

   Y desapareció. Me dejó muy preocupada con ese asunto. Traté de cuidarme de todo peligro que me acechara. Todo iba muy bien, pero... como mi tío era abogado, necesitaba hacer un viaje a Madrid y comencé a sospechar y a presentir lo peor. El viaje era muy urgente y no tuve suficiente valor para decírcelo. El avión saldría pasado mañana a la noche.

   El miedo me perseguía en cada lugar. Finalmente decidí decírcelo. Tres días antes de viajar el viaje fue cancelado para mi fortuna. Me había salvado de uno de los tres accidentes de los que me había hablado el gnomo, pero... ¿Que seguiría?

   Sólo me faltaba superar dos accidentes más.

   Pase dos meses cuidándome de todo, fue terrible: no salí a jugar con mis amigas, no podía salir con mis padrinos, ni nada.

   Un día al salir de la escuela una persona me ofreció ir a su casa, para tomar junto a él la merienda. Me pareció muy buena idea y acepté. Subí a su lujoso automóvil. Miré por la ventanilla el paisaje, que cada vez se ponía más tenebroso. Comencé a sospechar que ése podría ser el segundo accidente del que me había hablado el gnomo. Inmediatamente me bajé del vehículo, observé que no había absolutamente nadie conduciéndolo. Afortunadamente mi padrino me había dado algunas lecciones sobre cómo manejar un automóvil.

   Empece a manejarlo muy, muy mal. Logré llegar con el auto un poco maltrecho a casa. Había sido el segundo accidente.

   Al otro día, sucedió exactamente lo mismo, como si se hubiera repetido el día. Había sido el último accidente. El gnomo reapareció al siguiente día por la noche. Me dijo que estaba libre de todo peligro y que podía continuar con mi vida normal, pero... ¿Quien era ese sujeto?, ¿De dónde vino?, ¿Cómo supo mi nombre?...

 

                        ...... NUNCA LO SABRE.

 

 

                                                    FIN