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Carta de Terry Jones (integrante del grupo Monty Python) al London Observer
Estoy entusiasmado con la última razón que da George Bush para bombardear Iraq: se le
agota la paciencia.
¡A mí me pasa lo mismo! Llevo un tiempo bastante cabreado con el Sr. Johnson, que vive
dos puertas más abajo Bueno: con él y con el Sr. Patel, que regenta la tienda de comida
naturista. Los dos me miran mal, y estoy seguro de que el Sr. Johnson planea algo horrible
contra mí, aunque aún no he podido descubrir el qué He estado husmeando su casa para
ver qué pretende, pero tiene todo bien escondido. Así es de taimado.
En cuanto a Patel, no me pregunten cómo lo sé, el caso es que sé -de buena tinta- que en
realidad es un asesino en serie. He llenado la calle de panfletos explicando a la gente que
si no actuamos primero, nos irá liquidando uno a uno. Algunos de mis vecinos dicen que si
tengo pruebas, que vaya a la Policía. Qué ridiculez.
La Policía diría que necesitan evidencia de un crimen del que acusar a mis vecinos.
Saldrían con interminables sutilezas y objeciones sobre los pros y los contras de un ataque
preventivo, y mientras tanto, Johnson estaría finalizando sus planes para cometer actos
terribles contra mi persona, mientras Patel estaría matando gente en secreto.
Ya que soy el único de la calle con un arsenal decente de armas automáticas, me doy
cuenta de que es cosa mía mantener la paz.Pero hasta hace poco ha sido algo difícil
hacerlo.
Ahora, sin embargo, George W. Bush ha dejado claro que todo lo que necesito es que se
me agote la paciencia, ¡y ya puedo tirar hacia delante y hacer lo que quiera!
Y reconozcámoslo, la política cuidadosamente razonada de Bush con respecto a Iraq es
la única manera de conseguir la paz y la seguridad internacionales. La única manera
segura de parar a los terroristas fundamentalistas suicidas que amenazan a EE.UU. y al
Reino Unido es bombardear algunos países musulmanes que nunca nos han amenazado.
¡Por eso quiero volar el garaje de Johnson y matar a su mujer y sus hijos!
¡Ataquemos primero!
Eso le dará una lección. Así nos dejará en paz y dejará de mirarme de esa manera tan
absolutamente inaceptable.
El Sr. Bush deja claro que todo lo que él necesita saber antes de bombardear Iraq es que
Saddam es un hombre desagradable de verdad y que tiene armas de destrucción masiva -
aunque nadie pueda encontrarlas-. Estoy seguro de que tengo la misma justificación para
matar a la esposa y a los hijos de Johnson, que tiene Bush para bombardear Iraq.
El deseo a largo plazo del Sr. Bush es hacer del mundo un lugar más seguro, eliminando
a los "estados peligrosos" y al "terrorismo".
Una intención a largo plazo bien inteligente, porque, ¿cómo diablos se sabe cuándo se ha
acabado?
¿Cómo sabrá Bush cuándo ha acabado con todos los terroristas?
¿Cuando todos los terroristas hayan muerto?.
Pero un terrorista sólo lo es una vez que ha cometido un acto de terror. ¿Qué pasa con
los futuros terroristas? Ésos son los que realmente hay que eliminar, porque la mayor parte
de los terroristas conocidos, como son suicidas, se eliminan ellos solos.
¿Será acaso que el Sr Bush necesita acabar con todos los que podrían, quizá, ser futuros
terroristas? ¿A ver si es que no puede estar seguro de lograr su objetivo hasta que cada
fundamentalista islámico esté muerto?
Pero resulta que algunos musulmanes moderados pueden convertirse en
fundamentalistas. Tal vez lo único seguro que quepa hacer, según Bush, sea eliminar a
todos los musulmanes. Lo mismo pasa en mi calle. Johnson y Patel son sólo la punta del
iceberg. Hay docenas de personas en la calle a las que no gusto y que -lo digo con el
corazón- me miran muy mal.
Nadie estará seguro hasta que haya acabado con todos. Mi mujer me dice que a lo mejor
estoy yendo demasiado lejos, pero yo le digo que lo único que hago es usar la misma
lógica que el Presidente de los Estados Unidos. Con eso le callo la boca.
Igual que le ocurre al Sr Bush, a mí se me ha acabado la paciencia, y si ésa es razón
suficiente para el Presidente, también lo es para mí.
Le daré a la calle entera dos semanas -no, diez días- para que salgan a la luz y entreguen a todos los alienígenas y piratas interplanetarios, a los forajidos galácticos y a los cerebros terroristas interestelares, y si no los entregan de buena gana y dicen "gracias", bombardearé la calle entera.
Tan sensato es esto como lo que se propone George W. Bush.
Y al contrario de lo que él pretende, mi política sólo destruirá una calle
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