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Discurso del Decano Ing. Jorge Raúl OLGUIN
Buenas tardes. Es un
verdadero placer estar hoy, aquí, con ustedes.
Este es un día importante. Es
un día importante para Uds. que reciben su título, el fruto del esfuerzo
de muchos años. Es un día importante para nosotros que vemos concluida,
con éxito, una etapa más en nuestra labor de formar profesionales útiles a
la sociedad, especialmente hoy que entregamos también su diploma a los
primeros graduados de la especialización en Gestión Ambiental y a
los primeros técnicos en Diseño Gráfico Publicitario.
Pero quiero distraerlos unos
minutos de este momento de satisfacción.
Quisiera dejarles unos pocos
párrafos como puntos de atención que hacen al momento, pero que se
proyectan a lo que será su actividad diaria.
Les
toca a ustedes vivir en momentos difíciles. No deben permitir que eso
modifique su conciencia, no deben permitir ser absorbidos calladamente por
el sistema: el título que reciben les transfiere una importante cuota
de responsabilidad.
Recuerden
que los graduados no están a salvo de los ataques que se realizan al
sistema educativo, por el sólo hecho de haber completado sus
estudios.
Ustedes
son la demostración tangible de que todavía la universidad Argentina está
de pié y de que hay quienes luchan por mantener este
modelo.
Que
esta defensa que se hace de la educación no es una cuestión sectorial.
Muchos deben haber escuchado la frase que dice: “La educación es una inversión
individual y social y no un gasto”. No es una frase anónima que parte
de los claustros universitarios para justificar su existencia. La dijo un
premio Nobel. Si uno tuviera que adivinar diría que un Premio Nobel de la
Paz o de Literatura. En realidad, esta frase pertenece a un Premio Nobel
de Economía.
Porqué,
entonces, se sigue ajustando y achicando la
educación?
El gobierno no pareciera
estar demasiado ansioso de que los habitantes de nuestro país se formen;
en mejorar el nivel cultural de su gente; en competir para aumentar el
caudal del recurso más valioso de nuestro tiempo: el conocimiento. Un recurso que
no es innato de un pueblo como son los recursos naturales sino que,
conveniente apuntalado desde la definición política de la nación que se
pretende, permite, revolucionariamente, que una nación pobre o débil pueda
adquirirlo, transformándolo, según Alvin Tofler, "en la más democrática fuente de
poder. Y eso lo convierte en una continua amenaza para los poderosos".
Quizá debamos buscar ahí la
explicación de porque tantos, desde los burócratas hasta los principales
poderes económicos que controlan el mundo, prefieren ver a nuestra
sociedad sumida en las tinieblas de la ignorancia y buscando sólo la
supervivencia individual.
Por
eso es nuestra responsabilidad demostrar la importancia de nuestra
Universidad: ser la principal herramienta de transformación que tiene la
región, debemos insistir con nuestros reclamos, haciendo que esta
inversión rinda sus frutos en beneficio de la sociedad
toda.
No debemos perder las esperanzas de que la
educación recupere el lugar que se merece y que nunca debió perder.
Y si bien este título mejora
sus posibilidades personales y sociales, no se olviden de los
desempleados, los pobres y los desposeídos, cuya desesperación es difícil
de comprender por quien puede comer todos los días. Una parte demasiado
grande de nuestro país está en esas condiciones y a pesar de que la falta
de redes de contención social no se compensa con la solidaridad
individual, es imprescindible que nuestra caridad, compromiso y trabajo
demuestre que no se puede gobernar para pocos y que nuestro país no será
mejor que el más humilde de sus hijos.
Recuerden
también, que deben sentirse obligados con el medio ambiente y convivir con
la naturaleza. Que los trastornos ecológicos no se solucionan con el pago
de multas y, finalmente, que el mundo no tiene propietarios sino que lo
utilizamos temporalmente y quien lo ocupe mañana, tiene los mismos
derechos que tenemos quienes lo ocupamos hoy.
Graduados: Cuando escuchen
“Universitarios”, sepan que hablan de ustedes, cuando escuchen
“Universidad Nacional” sepan que hablan de su casa, cuando escuchen
“Educación Pública” sepan que se refieren a la posibilidad que tuvieron
Uds. para llegar a donde llegaron.
Cuando escuchen que hay
problemas en el Sistema Educativo no se pregunten si sus hijos tienen
problemas en la escuela a la que van o en el curso en el que estudian, ni
siquiera se pregunten si tienen hijos en edad escolar: salgan a defender a
la Educación Pública, Estatal y Gratuita, que es la única esperanza de
igualdad de oportunidades. No permitan que parezca que el problema que hoy
es de pocos y ajeno, mañana sea propio y de muchos.
Ustedes
tienen una responsabilidad especial. Uds. son Universitarios. No compren
sin ver lo que se les vende. Su formación, cualquiera sea, debe hacerlos
capaces de leer entre líneas y tener una actitud crítica pero positiva que
les permita interpretar más allá del discurso. Recuerden la respuesta
elíptica de Eduardo Galeano cuando se le preguntó si se podía vivir sin
Universidades. El dijo: “Yo empezaría a preocuparme por el aire. Para
cuando la privatización del aire? Ya vendrán los técnicos a explicarnos:
Quien no paga por el aire no lo valora y no merece respirar”.
Siempre
deben estar preparados para cuando nos llegue el momento, haciendo que ese
papel que se les entrega siga teniendo valor y significado,
trabajando en el desarrollo independiente del país, investigando, buscando
nuestro propio modelo, rescatando nuestra cultura e identidad.
Esto
parece una despedida pero la Universidad no despide nunca a sus graduados,
sólo les da la bienvenida en su nueva condición, asegurándoles que los
necesitamos y que contamos con Uds.
Gracias
y
hoy, como
siempre y más que nunca, cuídense mucho allá afuera.
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